Honey, lavado, natural, … ¿Alguna vez te has preguntado qué significan todos estos nombres?, o aún más importante, ¿Cuál de estos procesos te gusta más?

No te asustes porque lo hemos consultado con nuestro experto Iván Meza de Finca Tasta. ¡Síguenos leyendo, está muy interesante!

Proceso lavado o húmedo

Es el más popular en nuestro país, y es el proceso que centra únicamente en el grano, ya que permite saborear lo que está adentro de él, y no afuera.

Se fermentan los granos con un tiempo determinado por los caficultores ya sea por su experiencia o habilidades, después de ello serán lavados y secados en las tarimas.

Proceso lavado es capaz de resaltar el perfil característico de un café de origen, más que cualquier otro. Es una de las razones por la que muchos de especialidad provienen de un lavado.

Generalmente, estas tazas nos dan un cuerpo más delicado y balanceado.

Proceso Honey o Mixto

El sabor de un café Honey, cuando se procesa de la forma adecuada, es literalmente como si alguien le hubiera añadido miel y azúcar morena a una taza de café. Sin embargo, el nombre proviene de la sensación pegajosa que se genera en los granos durante el proceso. En muchos aspectos, este tipo de café es el intermedio entre un café lavado y uno natural, es frutoso pero no tanto como un natural. Generalmente, tienden a tener una acidez más balanceada que la de los cafés lavados, acompañado de una dulzura pronunciada y una sensación en el paladar más compleja.

Proceso natural

Se conserva la cereza con el grano y no hay mucha manipulación del café mientras se seca. Es necesario contar con ciertas condiciones climatológicas para asegurar un tiempo de secado propicio para el fruto y la almendra. Generalmente, nos da un perfil más exótico y natural,

Fuente: Selva y Sierra exportadora